El futuro de la sociedad es responsabilidad de todos y dependerá de lo que sembremos en el hoy y ahora. Por eso, la formación de la juventud está siempre en un primer plano como tarea común, del Estado, de las instituciones públicas y de las familias; de la sociedad civil y de las personas singulares. Nadie se debe desentender y a nadie se le puede apartar de esta tarea.
Evaluar en qué grado nuestra generación está cumpliendo este cometido resulta inquietante. La percepción que se tiene es de incertidumbre, a pesar del enorme volumen de medios, públicos y privados, que se vierten en educación y cultura. Algo se nos escapa que nos impide mirar el futuro con plena confianza.
La Fundación Montecelo pretende entrar en esta dinámica y ser un instrumento más al servicio de una sociedad moderna, abierta e integradora, con valores que faciliten el desarrollo de las personas, de cada una de ellas, sin exclusión.